Jesús
enseñó "No juzguéis, para que no seáis juzgados", pero, ¿Cómo se
aplica eso?
Autor:
Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña
es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS - Creation
Research Society)
La verdad es
que cada vez que yo escucho a alguien que se ve acorralado por el pecado y se
le enfrenta, y me sale con esos versículos, me dan ganas de agarrar la Biblia y
darle un "bibliaso santo" con una de esas Biblias que tienen el forro
bien grueso. ¡Pá ver si se arrepienten y se les pega algo de Dios!
El susodicho
versículo es una de las porciones bíblicas que la gente usa con más frecuencia,
pero que se usa de la manera más equivocada imaginable.
"No
juzguéis, para que no seáis juzgados"
(Mateo 7:1).
Cada versículo
de la Escritura debe ser leído en su contexto, si vamos a entender propiamente
su significado, por lo tanto, si estudiamos lo que dicen los versículos 2, 3, 4
y 5 del mismo capítulo, es evidente que el versículo 1 se refiere a juicio
hipocrítico (típico de un hipócrita o con una actitud hipócrita).
¿A qué se
refiere Pastor?
El hermano que
tiene una viga en su propio ojo (que está cometiendo una falta/pecado), no debe
juzgar a otro que tiene una paja en el suyo (que está cometiendo el mismo tipo
de falta o pecado). La enseñanza es clara: ¡Usted no puede juzgar a otro del
pecado que usted mismo está cometiendo!
Es tanto así,
que Jesús complementa este versículo concluyendo: "Porque con el juicio
con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán á
medir." Mateo 7.2
¿Cuál es la
aplicación apropiada de ese mandamiento?
Esos que se
aferran a "No juzguéis, para que no seáis juzgado," cuando alguien
valiente se atreve a condenar a esos que cometen errores doctrinales o pecados,
deberían leer el capítulo entero, ya que Jesús dijo,
"Guardáos
de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas...."
(Mateo 7:15).
Así que si no
juzgamos las obras, las palabras, las motivaciones, los frutos de esos
"falsos profetas, ¿Cómo nos "guardaremos" de ellos y cómo
"guardaremos a nuestras congregaciones, familias, ministerios…?
En otras
palabras, ¿Cómo podemos
conocer a los falsos profetas si no los juzgamos de acuerdo a la Palabra de
Dios?
Si no usamos
"juicio" (que según lo define el Diccionario de la Real Academia
significa "Facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el
bien del mal y lo verdadero de lo falso.", ¿Cómo conocemos a los falsos
profetas? Y si no lo hacemos, ¿Cómo podemos cuidar, salvaguardar, proteger a
las ovejas, de los "lobos rapaces?
A través de
toda la Biblia encontramos la enseñanza de que debemos identificarlos y
delatarlos... a los que están errados. De hecho, la Biblia entera es un manual
de comportamiento para que sepamos cómo actuar, y por lo tanto, sepamos cómo no
actuar. Al identificar a los que actúan mal con un corazón no-arrepentido,
contrito, humillado... ¡Debemos protegernos de ellos! ¡Debemos echarlos de
nuestro lado. Debemos separarnos de ellos. Debemos no tener comunión con ellos!
¿Se contradice
el Espíritu Santo? ¿Dio Jesús un mandamiento y lo contradijo luego a través de
sus discípulos?
"No
juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio" (Juan 7:24).
Note que
Jesús, en Mateo, parece decirnos que no juzguemos, si nos llevamos del
significado del verso, tal y como convenientemente lo usan los ignorantes y
aquellos que no quieren que pasemos por el fuego de la Palabra sus hechos, pero
aquí, el Señor nos manda a que "juzguemos con justo juicio".
¿Hay contradicción?
¡Por supuesto
que no! Es que el primer versículo que citamos se usa mal; se usa fuera de
contexto y se protege al malo, por su mala aplicación (especialmente aquellos
dentro de nuestro movimiento que han dejado a Dios para idolatrar a hombres,
ministros, apóstoles, pastores, obispos, etc.
Entonces,
¿Cómo debemos juzgar?
Siempre que
juzguemos, a lo cual estamos llamados, lo debemos hacer con el corazón correcto
y únicamente basado en la Palabra de Dios.
En otras
palabras, si el juicio se realiza usando cualquier otro tipo de parámetro que
no sea la Palabra de Dios, es una transgresión de Mateo 7:1, porque se estaría
juzgando hipócritamente.
El cristiano
fiel debe discernir o juzgar de acuerdo a las bases de la inspirada ley de
Dios, la Biblia. Es tanto, que uno de los dones del Espíritu Santo para el
creyente es discernir entre espíritus:
1 Corintios
12:4-11
Note con
especial cuidado el don que se da al creyente en el versículo 10:
"Discernimiento de espíritus", que también podría propiamente usarse
como "Dïscernimiento del espíritu con que los demás hacen las cosas".
Este tipo de
discernimiento, o "sexto sentido", para aquellos que alguna vez
estudiamos leyes, es esencial, cuando por ejemplo, se encuentra uno leyendo un
testamento o una declaración jurada de un testigo que ya no está disponible, y
la letra no muestra el "espíritu" o la "intención" precisa
con que escribió lo que dice el documento, y entonces se vuelve responsabilidad
del juez o del jurado, "Determinar cuál fue el espíritu con que se
escribió la letra", o una ley o cualquier reglamento. Ese, no otro, es el
trabajo de las Supremas Cortes de Justicia de cada país. Aplicar "el
espíritu de los fundadores de la constitución a situaciones nuevas que se
presentan".
Aplicaciónes
En la Biblia
tenemos la historia de un fornicario. La historia la relata Pablo en 1
Corintios 5:1-13 y ¿Qué hizo Pablo? ¿Obedeció a Jesús, según lo malinterpretan
algunos y no lo juzgó? ¡Por supuesto que no! Lo juzgo tan severamente que a
pesar de que estaba ausente, dijo a la iglesia de Corinto que deberían
"juzgar" sus actos (versículo 12).
Veamos el
relato:
Un caso de
inmoralidad "juzgado"
"Se ha
sabido que hay entre vosotros fornicación, y fornicación cual ni aun se nombra
entre los gentiles; a tal extremo que alguno tiene a la mujer de su padre. 2 Y
vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien lamentarlo y haber quitado
de en medio de vosotros al que cometió tal acción? 3 Ciertamente yo, como
ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente he
juzgado ya al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor
Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a
fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús." 1 Cor. 5:1-5
Note que aquí
se juzgó, se actuó y se hizo todo con el corazón apropiado... Buscando que
suceda lo que busca Dios cuando el pecador cae: Que haya un cambio de camino,
un arrepentimiento... un giro de 180 grados: "a fin de que el espíritu sea
salvo en el día del Señor Jesús"
El versículo 6
dice:
"No es
buena vuestra jactancia. ¿Acaso no sabéis que un poco de levadura fermenta toda
la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa,
como sois, sin levadura, porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue
sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja
levadura ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin
levadura, de sinceridad y de verdad. 9 Os he escrito por carta que no os
juntéis con los fornicarios. 10 No me refiero en general a todos los
fornicarios de este mundo, ni a todos los avaros, ladrones, o idólatras, pues
en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí para que
no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro,
idólatra, maldiciente, borracho o ladrón; con el tal ni aun comáis, 12 porque
¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a
los que están dentro? 13 A los que están fuera, Dios los juzgará. Quitad, pues,
a ese perverso de entre vosotros." 1 Corintios
1 Cor. 5:6-13
¿Notaron lo de
"Juzgar a los que están adentro? ¡¡Achuuuu!!
La palabra
para "juzgar" es la misma que Jesús usó en Mateo 7:1.
Pablo no faltó
a "no juzguéis, para que no seáis juzgado" al juzgar al hombre, ni en
instruir a la iglesia a juzgar también. Todo este juicio fue de acuerdo a la
Palabra de Dios, que de acuerdo a Juan 16:8, es uno de los trabajos que el
Espíritu Santo hace, pero ¿A quién usa para hacerlo? A nosotros, los pastores,
ancianos de la iglesia, líderes, maestros, etc.
La obra del
Espíritu Santo
"Esto no
os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. 5 Pero ahora voy al que
me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿A dónde vas?" 6 Antes,
porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. 7 Pero yo
os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el
Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. 8 Y cuando él
venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por
cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis
más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya
juzgado." Romanos 16:4-12
Note que el
Espíritu Santo juzga y nosotros, que somos el templo del Espíritu Santo somos
los pastores, diáconos, ancianos, obispos, etc., que llevamos a cabo, con el
discernimiento del "consejo completo" de la Palabra de Dios, esos
juicios.
Más
mandamientos a juzgar
A los líderes,
en especial, pero también a cualquier creyente, la Biblia nos ordena:
PROBARLES.
"Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo"
(1 Juan 4:1).
MARCARLOS y
APARTARNOS de ellos. "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que
causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis
aprendido, y que os apartéis de ellos"
(Romanos
16:17).
REPRENDERLES.
"Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que
sean sanos en la fe" (Tito 1:13). Esto fue escrito a Tito, porque había
algunos yendo de casa en casa trastornando con sus falsas doctrinas
(Tito
1:10-16).
NO TENER
COMPAÑERISMO con ellos. "Y no participéis en las obras infructuosas de las
tinieblas, sino más bien reprendedlas"
(Efesios
5:11).
Reprender
significa "censurar, condenar, encontrar faltas, reprender, y
refutar".
ALEJARNOS de
ellos. "Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no
según la enseñanza que recibisteis de nosotros"
(2
Tesalonicenses 3:6).
EVITARLOS.
Refiriéndose a estos últimos días, dice que algunos vendrán y "que tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita"
(2 Timoteo
3:5).
Como podríamos
alejarnos de ellos si no los identificamos, y esto requiere que su mensaje sea
comparado a la Palabra de Dios.
RECHAZAR POR
SER HEREJES. "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra
amonestación deséchalo"
(Tito 3:10).
Debemos
rechazar a esos que niegan la redención por la sangre de Cristo. Hay muchos que
niegan esta o alguna otra doctrina de la Palabra de Dios. Si no responden a la
exhortación, deben de ser desechados.
Conclusión
Yo siempre le
digo a la congregación que dirijo: "Siganme a mí, siempre que yo siga a
Cristo. Pero cuando vean que me desvío y no oigo a consejos de Dios o de
ustedes, corran por sus vidas, porque la salvación es individual."
En otras
palabras, yo le estoy dando a la grey la potestad que Dios le da: Juzgar las
obras, ya que por "sus frutos, los conoceréis."´
Por lo tanto,
cuando a un hermano o hermana lo enfrentas con evidencias de que alguien a
quien ese hermano o hermano sigue, ama, quiere, sirve bajo su liderazgo, etc. y
le muestras que las obras de esa persona no son "dignas de
arrepentimiento", debemos saber que automáticamente ese hermano o hermana está
poniendo a ese ser humano por encima de Dios y es un idólatra.
Todas las
personas que nos han juzgado por exponer las falsas y maliciosas enseñanzas de
aquellos que llevan al rebaño rumbo al matadero, son iguales o peores que
ellos, especialmente cuando usan las palabras clave: "No juzguen… para que
no sean juzgados"… La Palabra de Dios se lo acaba de demostrar.
Pastor Dawlin
Ureña
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