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martes, 15 de julio de 2014

Debemos juzgar?


Jesús enseñó "No juzguéis, para que no seáis juzgados", pero, ¿Cómo se aplica eso?
Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS - Creation Research Society)

  
La verdad es que cada vez que yo escucho a alguien que se ve acorralado por el pecado y se le enfrenta, y me sale con esos versículos, me dan ganas de agarrar la Biblia y darle un "bibliaso santo" con una de esas Biblias que tienen el forro bien grueso. ¡Pá ver si se arrepienten y se les pega algo de Dios!

El susodicho versículo es una de las porciones bíblicas que la gente usa con más frecuencia, pero que se usa de la manera más equivocada imaginable.

"No juzguéis, para que no seáis juzgados"
(Mateo 7:1).
Cada versículo de la Escritura debe ser leído en su contexto, si vamos a entender propiamente su significado, por lo tanto, si estudiamos lo que dicen los versículos 2, 3, 4 y 5 del mismo capítulo, es evidente que el versículo 1 se refiere a juicio hipocrítico (típico de un hipócrita o con una actitud hipócrita).

¿A qué se refiere Pastor?

El hermano que tiene una viga en su propio ojo (que está cometiendo una falta/pecado), no debe juzgar a otro que tiene una paja en el suyo (que está cometiendo el mismo tipo de falta o pecado). La enseñanza es clara: ¡Usted no puede juzgar a otro del pecado que usted mismo está cometiendo!

Es tanto así, que Jesús complementa este versículo concluyendo: "Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán á medir." Mateo 7.2
¿Cuál es la aplicación apropiada de ese mandamiento?

Esos que se aferran a "No juzguéis, para que no seáis juzgado," cuando alguien valiente se atreve a condenar a esos que cometen errores doctrinales o pecados, deberían leer el capítulo entero, ya que Jesús dijo,

"Guardáos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas...." (Mateo 7:15).
Así que si no juzgamos las obras, las palabras, las motivaciones, los frutos de esos "falsos profetas, ¿Cómo nos "guardaremos" de ellos y cómo "guardaremos a nuestras congregaciones, familias, ministerios…?

En otras palabras,  ¿Cómo podemos conocer a los falsos profetas si no los juzgamos de acuerdo a la Palabra de Dios?

Si no usamos "juicio" (que según lo define el Diccionario de la Real Academia significa "Facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso.", ¿Cómo conocemos a los falsos profetas? Y si no lo hacemos, ¿Cómo podemos cuidar, salvaguardar, proteger a las ovejas, de los "lobos rapaces?

A través de toda la Biblia encontramos la enseñanza de que debemos identificarlos y delatarlos... a los que están errados. De hecho, la Biblia entera es un manual de comportamiento para que sepamos cómo actuar, y por lo tanto, sepamos cómo no actuar. Al identificar a los que actúan mal con un corazón no-arrepentido, contrito, humillado... ¡Debemos protegernos de ellos! ¡Debemos echarlos de nuestro lado. Debemos separarnos de ellos. Debemos no tener comunión con ellos!


¿Se contradice el Espíritu Santo? ¿Dio Jesús un mandamiento y lo contradijo luego a través de sus discípulos?

"No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio" (Juan 7:24).
Note que Jesús, en Mateo, parece decirnos que no juzguemos, si nos llevamos del significado del verso, tal y como convenientemente lo usan los ignorantes y aquellos que no quieren que pasemos por el fuego de la Palabra sus hechos, pero aquí, el Señor nos manda a que "juzguemos con justo juicio".

¿Hay contradicción?

¡Por supuesto que no! Es que el primer versículo que citamos se usa mal; se usa fuera de contexto y se protege al malo, por su mala aplicación (especialmente aquellos dentro de nuestro movimiento que han dejado a Dios para idolatrar a hombres, ministros, apóstoles, pastores, obispos, etc.

Entonces, ¿Cómo debemos juzgar?

Siempre que juzguemos, a lo cual estamos llamados, lo debemos hacer con el corazón correcto y únicamente basado en la Palabra de Dios.

En otras palabras, si el juicio se realiza usando cualquier otro tipo de parámetro que no sea la Palabra de Dios, es una transgresión de Mateo 7:1, porque se estaría juzgando hipócritamente.

El cristiano fiel debe discernir o juzgar de acuerdo a las bases de la inspirada ley de Dios, la Biblia. Es tanto, que uno de los dones del Espíritu Santo para el creyente es discernir entre espíritus:


1 Corintios 12:4-11
Note con especial cuidado el don que se da al creyente en el versículo 10: "Discernimiento de espíritus", que también podría propiamente usarse como "Dïscernimiento del espíritu con que los demás hacen las cosas".

Este tipo de discernimiento, o "sexto sentido", para aquellos que alguna vez estudiamos leyes, es esencial, cuando por ejemplo, se encuentra uno leyendo un testamento o una declaración jurada de un testigo que ya no está disponible, y la letra no muestra el "espíritu" o la "intención" precisa con que escribió lo que dice el documento, y entonces se vuelve responsabilidad del juez o del jurado, "Determinar cuál fue el espíritu con que se escribió la letra", o una ley o cualquier reglamento. Ese, no otro, es el trabajo de las Supremas Cortes de Justicia de cada país. Aplicar "el espíritu de los fundadores de la constitución a situaciones nuevas que se presentan".

Aplicaciónes

En la Biblia tenemos la historia de un fornicario. La historia la relata Pablo en 1 Corintios 5:1-13 y ¿Qué hizo Pablo? ¿Obedeció a Jesús, según lo malinterpretan algunos y no lo juzgó? ¡Por supuesto que no! Lo juzgo tan severamente que a pesar de que estaba ausente, dijo a la iglesia de Corinto que deberían "juzgar" sus actos (versículo 12).

Veamos el relato:

Un caso de inmoralidad "juzgado"

"Se ha sabido que hay entre vosotros fornicación, y fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; a tal extremo que alguno tiene a la mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien lamentarlo y haber quitado de en medio de vosotros al que cometió tal acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo pero presente en espíritu, como si estuviera presente he juzgado ya al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús." 1 Cor. 5:1-5
Note que aquí se juzgó, se actuó y se hizo todo con el corazón apropiado... Buscando que suceda lo que busca Dios cuando el pecador cae: Que haya un cambio de camino, un arrepentimiento... un giro de 180 grados: "a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús"

El versículo 6 dice:

"No es buena vuestra jactancia. ¿Acaso no sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, como sois, sin levadura, porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad. 9 Os he escrito por carta que no os juntéis con los fornicarios. 10 No me refiero en general a todos los fornicarios de este mundo, ni a todos los avaros, ladrones, o idólatras, pues en tal caso os sería necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí para que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, sea fornicario, avaro, idólatra, maldiciente, borracho o ladrón; con el tal ni aun comáis, 12 porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 A los que están fuera, Dios los juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros." 1 Corintios
1 Cor. 5:6-13
¿Notaron lo de "Juzgar a los que están adentro? ¡¡Achuuuu!!

La palabra para "juzgar" es la misma que Jesús usó en Mateo 7:1.

Pablo no faltó a "no juzguéis, para que no seáis juzgado" al juzgar al hombre, ni en instruir a la iglesia a juzgar también. Todo este juicio fue de acuerdo a la Palabra de Dios, que de acuerdo a Juan 16:8, es uno de los trabajos que el Espíritu Santo hace, pero ¿A quién usa para hacerlo? A nosotros, los pastores, ancianos de la iglesia, líderes, maestros, etc.
La obra del Espíritu Santo

"Esto no os lo dije al principio, porque yo estaba con vosotros. 5 Pero ahora voy al que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta: "¿A dónde vas?" 6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. 7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado." Romanos 16:4-12
Note que el Espíritu Santo juzga y nosotros, que somos el templo del Espíritu Santo somos los pastores, diáconos, ancianos, obispos, etc., que llevamos a cabo, con el discernimiento del "consejo completo" de la Palabra de Dios, esos juicios.

Más mandamientos a juzgar


A los líderes, en especial, pero también a cualquier creyente, la Biblia nos ordena:

PROBARLES. "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo"
(1 Juan 4:1).
MARCARLOS y APARTARNOS de ellos. "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos"
(Romanos 16:17).

REPRENDERLES. "Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe" (Tito 1:13). Esto fue escrito a Tito, porque había algunos yendo de casa en casa trastornando con sus falsas doctrinas
(Tito 1:10-16).

NO TENER COMPAÑERISMO con ellos. "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas"
(Efesios 5:11).

Reprender significa "censurar, condenar, encontrar faltas, reprender, y refutar".

ALEJARNOS de ellos. "Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros"
(2 Tesalonicenses 3:6).

EVITARLOS. Refiriéndose a estos últimos días, dice que algunos vendrán y "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita"
(2 Timoteo 3:5).

Como podríamos alejarnos de ellos si no los identificamos, y esto requiere que su mensaje sea comparado a la Palabra de Dios.

RECHAZAR POR SER HEREJES. "Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo"
(Tito 3:10).

Debemos rechazar a esos que niegan la redención por la sangre de Cristo. Hay muchos que niegan esta o alguna otra doctrina de la Palabra de Dios. Si no responden a la exhortación, deben de ser desechados.

Conclusión

Yo siempre le digo a la congregación que dirijo: "Siganme a mí, siempre que yo siga a Cristo. Pero cuando vean que me desvío y no oigo a consejos de Dios o de ustedes, corran por sus vidas, porque la salvación es individual."

En otras palabras, yo le estoy dando a la grey la potestad que Dios le da: Juzgar las obras, ya que por "sus frutos, los conoceréis."´

Por lo tanto, cuando a un hermano o hermana lo enfrentas con evidencias de que alguien a quien ese hermano o hermano sigue, ama, quiere, sirve bajo su liderazgo, etc. y le muestras que las obras de esa persona no son "dignas de arrepentimiento", debemos saber que automáticamente ese hermano o hermana está poniendo a ese ser humano por encima de Dios y es un idólatra.

Todas las personas que nos han juzgado por exponer las falsas y maliciosas enseñanzas de aquellos que llevan al rebaño rumbo al matadero, son iguales o peores que ellos, especialmente cuando usan las palabras clave: "No juzguen… para que no sean juzgados"… La Palabra de Dios se lo acaba de demostrar.

Pastor Dawlin Ureña



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