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jueves, 21 de julio de 2011

¿Debo Hablar de Sexo Con Mis Hijos?


Hoy en día el concepto de algunos creativos o publicistas es que… el sexo vende. Por eso mucha de la publicidad que vemos en la televisión, en periódicos, revistas, vallas y otros; toman como ilustración cuerpos esbeltos solos o en pareja, besos apasionados, caricias, miradas insinuantes…  Se vende por doquier la imagen de mujeres que tras el “disfraz” del modelaje se exhiben en bailes y movimientos insinuantes. El cuerpo de la mujer se ha transformado en una forma de comerciar productos y hasta programas de televisión.


Nuestros niños y niñas están siendo sobreexpuestos y bombardeados con temas e imágenes cargados de sexualidad, por esto es que desde muy tempranas edades comienzan a sentir curiosidad por temas de tipo sexual.

Días pasados presentaron una noticia sobre los derechos de personas homosexuales y para ilustrar la nota, pusieron imágenes de parejas homosexuales mientras se besan y se acarician, algunas con poca o nada de ropa; se veían torsos, espaldas donde inician y casi donde terminan…. En ese momento pensé: ¿cuántos niños y niñas estarán a esta hora almorzando en sus casas, porque vienen o van para la escuela y están viendo esta noticia? Pensaba incluso en la respuesta que un padre/madre pudiera darle a su hijo(a) si le preguntase porqué dos hombres se besan…


Preguntas referidas a sexo y más, pueden andar rodando por la cabeza de muchos preadolescentes y adolescentes.
Es inevitable, sus hijos(as) en algún momento tendrán alguna pregunta o duda con respecto al sexo y usted es la primera persona a la que deberían acudir. Muchos lo hacen, Sin embargo, la calidad de la respuesta verbal y no verbal que demos, es lo que va a abrir o a cerrar la puerta a una próxima pregunta.


Bien dice el libro de Eclesiastés al señalar que “todo tiene su tiempo”. Esto mismo lo han formulado en numerosas teorías, hombres y mujeres que han estudiado el desarrollo psicosexual del niño y la niña y que inclusive señalan la existencia de diversas etapas en el desarrollo (Piaget, Freud; M. Klein y otros). Sin embargo, el mundo globalizado nos lleva en ocasiones a brincarnos estas etapas, porque tenemos que retomar preguntas que nuestros niños al día de hoy hacen.

Muchos padres y madres se asustan cuando sus hijos preguntan de sexo. Esta temática ha sido abordada por padres y madres con estilos muy propios. Algunos evaden el tema por muchos años, otros lo abordan de forma exhaustiva (cuando de pronto no es tan necesario), otros de forma escasa pues omiten información importante que los hijos requieren porque ellos (padres) se sienten incómodos, algunos recurren a tecnicismos confusos; e inclusive, no faltan aquellos que saquen a relucir la historia trillada de la cigüeña o la semillita. 





Si usted se identifica con alguno de los modelos anteriores, le invito a tomar nota de las siguientes recomendaciones:

  •  Vigile los programas de televisión que ven sus hijos. Adecue los programas dependiendo de la edad. Cuando le sea posible, siéntese junto a ellos para ver y analizar el contenido de sus programas favoritos. Hay programas para niños y preadolescentes en los que a cortas edades de promueven antivalores disfrazados de modas, canciones y pseudoheroes que viven relaciones sentimentales que no corresponden a la edad de sus espectadores.
  • Evite caer en la creencia errónea de quienes profesan que los niños/as tienen que aprender a diferenciar el bien y el mal. Nuestros pequeños requieren de acompañamiento en este tipo de aprendizajes, son los valores morales y espirituales que se practican en el hogar y la sana comunicación con papá y mamá, los que hacen que a la larga puedan establecer esta diferencia, pero mientras los desarrollan somos nosotros los responsables de velar por ellos y ellas.
  • Ponga mucha atención a los que sus hijos/as preguntan. Desarrolle la habilidad de escucha, atienda las dudas de sus hijos/as en un tiempo prudencial. Hay temas que despiertan más curiosidad, si usted no aborda el tema con prontitud, probablemente acudan a otro. En la escuela/colegio va a encontrar posibles y variadas respuestas que quizás no estén tan cercanas a la realidad.



Recuerdo un caso que me contó una maestra, de una madre muy escandalizada porque su hija de primer grado le había llegado a contar que uno de sus amiguitos había tenido relaciones sexuales. La madre horrorizada le pregunta a la niña – ¿y usted qué dijo? , la niña responde – no sé qué es tener relaciones sexuales. La madre entonces angustiada, llama a la mamá de una de sus amiguitas más cercanas y le pregunta si su niña llegó hablando de algo relacionado con tener relaciones sexuales…. Para cortar la historia; resulta que al día siguiente la maestra recibe a dos mamás, un papá y una nota de otros papás; todos le solicitaban acción inmediata. Cuando la maestra habló con el niñito se dio cuenta que para él, tener relaciones sexuales era dar un beso, no tenía nada que ver con genitalidad y mucho menos con sexualidad. Cuanta angustia se hubieran evitado estos padres si se hubiesen detenido a escuchar con atención la historia completa.
  •  Responda estrictamente lo que los niños/as preguntan. Una técnica para estar seguros de comprender lo que nos quieren comunicar es, devolverles la misma pregunta.- Papá ¿cómo nacen los bebés? ¿cómo crees tú que nacen los bebés? Esta técnica le permitirá conocer que dominio del tema tiene el niño/a, que ha escuchado y qué es específicamente lo que quiere saber. El tema de la sexualidad debe ser abordado respetando el interés y la madurez del niño/a.



Es recomendable que al abordar el tema de las relaciones sexuales, no se apoye de libros de sexualidad para adultos pueden tener imágenes que resulten grotescas para los pequeños. Hay libros infantiles que abordan este tema ilustraciones adaptadas para ellos/as. Léanlo juntos, procure crear una atmósfera de seguridad y confianza.

  • Evite la censura. Piense que si su hijo/a llega a hacerle una pregunta que usted considera “pasada de tono” es porque en algún lugar la escuchó y no resulta conveniente que le demos una tónica de “malo”, “cochino” o “pecado” a sus dudas. Nuevamente insisto en la importancia de la escucha.
Trate de contestar todo lo que le preguntan de forma serena, pausada y siempre con la verdad. La relación entre padres-hijos se fractura significativamente cuando alguna de las partes se siente engañado o traicionado.

Hablar con los preadolescentes y adolescentes de estos temas con anterioridad, les ayudará a concebir los cambios que experimentará su cuerpo con la llegada de esta etapa. Afiance el vínculo de la confianza para que si hijo/a pueda acudir a usted cuando su cuerpo empiece a actuar de manera diferente. Los cambios físicos y sensoriales en esta etapa pueden ser muy angustiantes para los chicos y chicas que no están preparados.

Hoy en día, en nuestra sociedad nos encontramos muchos adolescentes que quizás por falta de orientación y escucha están enfrentándose a la maternidad, a la paternidad, a enfermedades de transmisión sexual o a relaciones sexuales vanas y compulsivas. Por esto, sigue siendo el hogar el lugar en donde debemos redoblar esfuerzos en función de criar hombres y mujeres de valores y convicciones firmes. No permita que el mundo, el televisor, los amigos… eduquen a sus hijos.
fuente:
 www.renuevodeplenitud.com
 aportes Hnas. Maryoris y Dianeris de la Iglesia Manantial de vida.
 Barranquilla.

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